Gafas de sol, sombreros, vestidos de colores, platos suculentos, cócteles y caminantes son los protagonistas de las callejuelas que forman el Born. Y es que estas calles, en las que años atrás se celebraban los torneos de caballos de Barcelona, se han convertido en uno de los lugares de moda de la ciudad. Una de las cosas que más me fascinan de mi barrio es que en él conviven a la perfección lo antiguo y lo moderno, las tradiciones y las tendencias más arriesgadas, los talleres artesanos con la efervescencia creativa.
Desde la ventana de mi habitación oigo cómo las campanas de Santa María del Mar anuncian que ha empezado un nuevo día. Y en Lolita’s Bakery (Portal Nou, 9) tienen la receta perfecta para comenzarlo con las pilas cargadas. Cita obligada para los amantes de lo dulce, es un espacio muy acogedor que reúne color, creatividad y estilo artesano. Allí podrás probar los mejores cupcakes, magdalenas, pasteles y tartas de todo el barrio.
Llenar el carro de la compra en el Born es especial. Al llegar al barrio me sorprendieron las largas colas que se formaban en lo que aparentemente es una carnicería normal. Tardé poco en descubrir que en la Botifarreria (Santa María, 4) se pueden comprar las butifarras más sorprendentes de toda la ciudad: manzana al curry, roquefort, caramelo, chocolate, Coca-Cola… Una receta tradicional con un toque muy especial.
El Born se ha convertido también en un lugar de referencia para los adictos al shopping. Firmas consolidadas, jóvenes talentos, y propuestas arriesgadas han convertido las laberínticas calles del barrio en el mejor escaparate para dar a conocer sus diseños. Coshop (Banys Vells, 9) es una fórmula alternativa a la tienda tradicional, en la que diferentes diseñadores exponen y venden sus prendas y complementos. Desde vestidos convertibles hasta bolsos hechos con cortinas, pero con un elemento común: su compromiso de responsabilidad con el medio ambiente.
Los paladares más exigentes disfrutarán con los cientos de restaurantes que se encuentran en el barrio. Clásicas, contemporáneas o gourmet son las hamburguesas que ofrece el Petit Burger (Fusina, 3), una de las mejores opciones para aquellos a los que les gusta degustar este plato con cuchillo y tenedor. El trato es excelente y el ambiente íntimo y acogedor -es un local de solo seis mesas-. Si quieres pasarte por allí, procura que sea un jueves, ya que podrás degustar el «Ginburger», un combinado de hamburguesa con Gin tonic muy especial.
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