En 1993, el director de cine Manuel Gómez Pereira estrenó una película que se llamaba «¿Por qué le llaman amor Cuando quiero DECIR sexo?». Era una buena película, pero aún mejor era la pregunta que nos planteaba.
El pasado martes, Joaquín Estefanía publicaba una tribuna en El País, con el título de «El invierno del miedo» (muy parecido, mira por dónde, el de su último libro «La economía del miedo»), donde, como aquel que no hace nada, plantea una serie de preguntas realmente relevantes.
El articulista arrancaba con la catastrófica situación laboral actual, que relaciona con el célebre invierno del descontento británico de 1987 que acabó con el gobierno del laborista James Callaghan (quien dijo aquello de «crisis, what crisis?»), La herencia social de Harold Wilson y el acceso al poder de Margaret Thatcher, con todas sus consecuencias.
Estefanía es un periodista bien documentado, que suele escribir largo, tal como decíamos en la redacción del viejo Correo Catalán. Bueno, de hecho, no decíamos exactamente «escribir». Antes de arriesgar una tesis, la argumentación con doctrina propia y ajena hasta que no queda ningún resquicio. Hace bien. En esto parece más un abogado que un periodista: antes de llegar a la
conclusión buscada, hace una larga retahíla de consideraciones, también llamadas «considerandos», que hacen de embudo hacia la única conclusión posible. Pero vale la pena tener un poco de paciencia: Cuando llegas al final del artículo, acabas encontrando el hueso: «La globalización realmente existente está chocando con la democracia miedo
la sencilla razón de que lo que busca no se mejor el Funcionamiento de esta última sino ponérselo fácil a Los intereses comerciales y Financieros que buscan acceder a los Mercados a bajo costa «.
Dura sentencia, válgame Dios, sobre la que convendría, al menos, hacerse estas preguntas:
1. – ¿Por qué dicen mercados cuando quieren decir capitalismo salvaje?
2. – ¿Por qué dicen mercados cuando quieren decir ultraliberalismo?
3. – ¿Por qué dicen mercados cuando quieren decir imperialismo económico?
4. – ¿Por qué dicen mercados cuando quieren decir ataque a la protección de los más necesitados?
5. – ¿Por qué llaman democracia, cuando deberían decir impotencia?
6. – ¿Por qué dicen globalización cuando quieren decir monopolización?
7. – ¿Por qué dicen que mandan si los que mandan de verdad no les ha votado (ni los votará nunca) nadie?
Pues no lo sé, francamente. Pero me lo pensaré un ratito.
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