La cadena de gimnasios de proximidad de origen norteamericano Snap Fitness quiere empezar a implantarse en la Comunidad Valenciana un mínimo de cinco franquicias antes de 2019. El desembarco de Snap Fitness en Valencia forma parte de un ambicioso programa de expansión con el que quiere alcanzar los 100 centros abiertos en toda España en los próximos dos años. La franquicia, que pasó de facturar 200.000€ en 2016 a los 800.000€ el 2017, es la insignia de gimnasios que más creció proporcionalmente en España el pasado año.
Según el informe European Health & Fitness Market Report 2018, el sector del fitness en España es uno de los que más creció en 2017, tanto en término de negocio (las cadenas de gimnasios facturaron 2.235 millones, un 2,9% más que el año anterior) como de número de abonados (5.060.000 usuarios) y ticket medio (39,4 euros). A finales de 2017, un total de 5,2 millones de españoles – uno de cada diez – estaban inscritos a un gimnasio, con una tasa de penetración del 11,2%. Según los expertos, la Comunidad valenciana es una de las comunidades autónomas en la que la cultura healthy y el estilo de vida deportivo y saludable más ha crecido en los últimos años.
SnapFitness fue fundada en 2003 en Minnesota por Peter Taunton, cuenta con más de 2.500 locales en 27 países del mundo. En España inició su actividad en 2016 y dispone de doce locales en Cataluña y uno en Madrid.
Su modelo de negocio se basa en la apertura de los centros durante las 24 horas del día los siete días de la semana, y en que los clientes, que también tienen acceso a los centros Snap Fitness situados en otras ciudades del mundo, cuentan con una llave magnética para acceder al gimnasio a cualquier hora del día o de la noche.
El director de la franquicia, Albert Marco, concibe el negocio como una fórmula “premium”, asequible y lujosa, dado que Snap Fitness se sitúa en el precio medio del mercado gracias a un menor espacio ocupado y la ausencia de servicios infrautilizados. Los establecimientos cuentan con personal cualificado y, en hora punta, disponen de como mínimo un técnico titulado por cada diez usuarios. “Construimos a pie de calle, cerca de los domicilios o puestos de trabajo de nuestros clientes, y ofrecemos una actividad claramente experiencial”, añade Marco. Aunque el diseño está pautado, la versión española de Snap Fitness fue reconocida a nivel mundial como ‘Mejor Franquicia’ en el año 2017.
Los locales deben disponer de un mínimo de 450 metros cuadrados y estar ubicados en zonas de alta densidad de población. Requieren una inversión de hasta 600.000€, amortizable en dos años, la mitad de los cuales se destina a la adecuación del local y 150.000 deben aportarse en recursos propios. El canon de la franquicia está incluido en esta inversión inicial y es de 29.900€, el royalty mensual es de 500€ más 350€ de publicidad y la duración del contrato es de 5 años, ampliable a otros 5 años. Las máquinas, de última generación, son financiadas por los proveedores y, además, Snap University ofrece formación continuada a sus franquiciados.
Así pues, se trata de un modelo de negocio global de alta rentabilidad contrastada en los mercados más competitivos y maduros del mundo.
En España, la firma es propiedad de Albert Marco (20%), a family office Salomon1965 (40%), directivos de la consultora Dextra (20%) y un grupo de consultores financieros (20%).
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