Es el comodín de la comunicación política actual. Si una medida no es bien recibida no es porque sea errónea, sino porque no se ha explicado correctamente, si hay cierta sensación de caos y descoordinación es para que la comunicación falla, no porque aquella desenfreno sea real. Ante el uso (y abuso) de la excusa, el escritor Antoni Dalmau ha querido decir la suya en el Avui.
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