Hi ha un advocat molt conegut que es diu Javier Cremades. És fundador del despatx Cremades&Calvo Sotelo, doctor en dret per la Universitat de Rosenberg, professor de la de Stanford i professor invitat de la Carlos III de Madrid. Es seu bufet és present a onze ciutats de cinc països. Assessora països acabats d’incorporar a la Unió Europea, està especialitzat en noves tecnologies, impulsa el projecte empresarial Club Málaga Valley e-27, i és secretari general de la Fundación Madrid Vivo, que coordina «la colaboración de la sociedad civil española con la acción social de la Archidiócesis de Madrid». Va ser un dels principals promotors de la «Jornada Mundial de la Juventud». I, a més a més, escriu articles a El Mundo.
Espectacular!
El último artículo es del 10 de febrero y se titula «Jaque al Derecho de Defensa», publicado en El Mundo.
Su tesis, básicamente, dice que los letrados y sus clientes sólo pueden ser espiados por los jueces en caso de delitos de terrorismo. Y, claro, una conjura entre abogados y presuntos delincuentes para ocultar pruebas o salvar dinero público adquiridos de manera fraudulenta, no es terrorismo. Es, simplemente, una xoriçada, se supone que amparada por el derecho de defensa.
Lo que nos invita a hacernos algunas preguntas:
1 Los abogados tienen la obligación legal de defender a sus clientes. Pero, también están obligados a destruir pruebas?
2 Han de ayudar a los abogados a sus clientes a conservar el dinero presuntamente adquiridos de manera ilegal?
3 Si lo hacen, no estaríamos ante un caso de colaboración, necesaria para la comisión de un delito?
4 A esto se puede decir derecho de defensa?
5 ¿Quién se burla más de la justicia, el juez que escucha conversaciones privadas o los abogados que se amparan en el derecho de defensa para salvar patrimonios supuestamente adquiridos de manera ilegal?
6 ¿Qué opinión debería haber sido mejor considerado por los magistrados del Tribunal Supremo, el de los abogados que defienden intereses privados o el del fiscal que defiende el interés común?
7 ¿De qué está hablando el amigo Cremades, en realidad: del derecho de defensa o del juez Garzón?
Son preguntas que a menudo me vienen a la cabeza, en estas noches de luna llena. Y, que poco a poco, parece que se me van aclarando. Es cuestión de paciencia.
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