Desde el primer momento las redes sociales fueron el escenario principal en el drama Paco González-SER. Los primeros rumores surgieron en Twitter la mañana del día 12 de mayo, con intervenciones incluso de algunos de sus compañeros de emisora. A medida que avanzaba el día y el rumor tomaba la forma de noticia, comenzó la rebelión en la red. Se fundó un grupo de Facebook, que creció como la espuma, superando los 70.000 miembros en sólo un par de días (a estas alturas ya tiene más de 114.000). Desde allí se estructuraron toda una serie de medidas de presión: desde convocar boicots a los patrocinadores a proponer a los colaboradores del Carrusel palabras en clave para que expresaran su apoyo a González. Llegó a un punto la movilización que el mismo Paco González ha tener que dar de alta en Facebook para agradecer el apoyo de sus fans. Y todo esto mientras # pacogonzalez se convertía en uno de los trending topics más importantes durante esos días.
Y mientras tanto, ¿qué pasaba en los espacios 2.0 de la Cadena Ser? Nada de nada. O mejor dicho, censurar vende sistemáticamente todos los mensajes relativos al tema y prohibían a sus empleados que hablaran. Pero, personalmente, creo que fue un error. Si bien comprendo que el insulto y la grosería no deben tener lugar en una discusión, la cadena SER perdió una ocasión dorada de favorecer el debate, siempre desde el respeto, y de saber de primera mano qué pensaban sus usuarios. Por no hablar de la mala imagen que se crea cuando un medio de comunicación condenado por informar se pone a coartar la libertad de expresión.
Quizás no hay (todavía) una solución para el dilema que nos plantea el caso de la cadena SER; arriesgarse a que un desconocido te critique a tu casa, con el desgaste de imagen que ello conlleva? O bien censurar la crítica de raíz, con el desgaste de imagen que ello conlleva? Vivimos tiempos interesantes…
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