Cuando empecé a trabajar como periodista tenía un excelente redactor jefe, Pere Pascual, nos que cuando se le proponía un tema , siempre preguntaba «¿y cuál es el cebo?» El cebo, por decirlo así, era el alma del titular, el meollo de la noticia. Si no disponías de un buen cebo jamás abrirías la sección.
Años antes, en 1969, una jovencísima Rosa Maria Sardà triunfaba en el desaparecido teatro Windsor de Barcelona con una obra de Ann Jellicoe, traducida por Terenci Moix y dirigida por Ventura Pons, que se titulaba El knack o qui no té grapa no endrapa (en versión libre: «El Knack o quien no tiene gancho no pilla»).
Pero la pregunta es: ¿tener «knack» es algo genético o cultural? O sea, ¿la capacidad de encontrar un buen cebo periodístico es una cualidad innata o adquirida? Afortunadamente, se puede aprender. Lo digo convencido: acabé abriendo algunos días la sección.
Hoy en día, en las redacciones digitales ya no se habla de cebos. Ahora, a pesar de algunas resistencias heroicas, esa técnica ha ido derivando en una práctica creciente y perversa que se llama «clickbait» que, más o menos, se traduce como «pesca clics». Se trata de forzar exageradamente un titular para conseguir el mayor número posible de clics y aumentar la visibilidad de una noticia difundida digitalmente. La perversión llegaría hasta el punto de que determinados redactores, sobre todo los más jóvenes, cobrarían su trabajo en función del número de clics obtenidos.
La equivalencia del «clikbait» en lenguaje audiovisual sería «la audiencia». Es decir, el ranking de audiencias. En definitiva, tal como nos señalaba la compañera Mónica Terribas en nuestro último InterMèdia Confidencial, la dictadura de los resultados. El «resultadismo» por encima de todo. La rentabilidad económica, aunque sea efímera, por encima de la rentabilidad social. El éxito inmediato por encima del éxito basado en la credibilidad y la consistencia empresarial y profesional.
La lucha por el mercado mediático es dura, hay que reconocerlo. Algunos medios de comunicación apuestan más por construir su propia comunidad de seguidores que por luchar en campo abierto con la competencia. Todavía no sabemos qué táctica es la mejor, pero de lo que no tenemos duda alguna es que el cebo es tan necesario como inútil si se desprende del anzuelo al primer tirón.
Porque sin un buen anzuelo y una buena caña de pescar todo empeño acaba siendo vano..
Feliz día de pesca!
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