La definición convencional de «noticia» es la que se refiere a una información que hasta el momento de su difusión no era conocida públicamente. Otras definiciones, algo menos convencionales y bastante más frívolas, dicen que una noticia es lo que alguien quiere que no se sepa o, simplemente, lo que los periodistas deciden que lo sea.
Bueno, desmontemos un poco los tópicos: las portadas de la mayoría de periódicos del martes, 29 de marzo, publicaban como principal foto de portada una imagen de los atentados terroristas en Pakistán. Muchos de ellos, como por ejemplo La Vanguardia, International New York Times y The Guardian, utilizaron además la misma imagen de agencia. Parece difícil pensar que todos los periodistas responsables de editar la portada respectiva desde lugares tan diferentes se hubieran puesto de acuerdo en decidir que ésta era la gran noticia del día. Se trataba pues de una información que alguien no quería que se supiera? No exactamente. Las víctimas quieren que el mundo conozca la tragedia que sufren, por lo menos para que alguien, si aún le queda un poco de dignidad, se le caiga la cara de vergüenza. Y los verdugos, evidentemente, desean la máxima difusión de sus acciones criminales porqué eso multiplica exponencialmente el efecto terrorífico que buscan. Queda descartada, por lo tanto, la teoría del ocultismo informativo.
¿Qué será pues eso de las noticias? ¿Lo de que son más relevantes cuatro muertos en París que cuarenta en África? Pues probablemente sí, pero no por motivaciones puramente racistas, que también, sino porque la noticia, para serlo, debe ser geográficamente cercana y, sobre todo, capaz de afectar a nuestra vida cotidiana. O, dicho en otras palabras, capaz de influir en nuestro entorno. El atentado de Pakistán fue cometido contra cristianos paquistaníes. Los crímenes de DAESH (no les hagamos el favor de llamarles ISIS, son una banda criminal, no un estado) nos afectan porque aplastan aún más refugiados desvalidos contra los alambres de espino de nuestra conciencia.
He aquí porque todo esto es noticia.
Una mala noticia que ya dura demasiado, huelga decirlo.
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