Las elecciones, para quien las vive desde dentro de una candidatura, son un ejercicio intenso de convivencia entre personas de diferentes habilidades y competencias, que suele crear vínculos muy estrechos de compañerismo. Sobre todo, si finalmente la candidatura termina ganando la contienda.

Sede de la candidatura de Joan Laporta, en mayo de 2003 en Paseo de Gracia
Cabe decir que InterMèdia ha tenido el privilegio de vivir unas cuantas. Las más destacadas, las de Antoni Negre a la presidencia de la Cámara de Comercio de Barcelona y las de Joan Laporta a la del Fútbol Club Barcelona. Pero también las del Colegio de Abogados de Barcelona, del Colegio de Procuradores de Barcelona, las Fomento del Trabajo o las de la Federació Catalana d’Esports d’Hivern, por ejemplo.
Casi todas, por no decir todas, fueron alternativas, épicas, ilusionantes y decisivas. Casi todas, por no decir todas, sirvieron para superar la amable mediocridad corporativa en que estaban instaladas sus respectivas instituciones.
La victoria, sin embargo, tiene sus peligros. Por un lado, atrae nuevas energías de gente decidida a apuntarse sin reparo al caballo ganador. La gestión de este aluvión de nuevas voluntades y energías no es siempre fácil ni compatible con la gestión de las voluntades y energías de primera hora. Por otro lado, está la inevitable sensación de pensar que si ya se ha ganado una vez será relativamente fácil volver a ganar. Esa es la clase de confianza que mata.
«Tranquilos, no hay prisa. Nos ponemos a trabajar un mes antes y ganamos de calle». Es la frase maldita. La que conduce directamente a la derrota. La que, lejos de transmitir ilusión, lo que hace es desmotivar al equipo de profesionales que debe hacerse cargo. Desgraciadamente, hablamos por algunas experiencias, aunque haya sido pocas. La campaña es una herramienta de comunicación y la comunicación, tal como sabemos los profesionales del ramo, debe ser sincera, constante, cotidiana, cercana, emocional y permanente. Porque si no, suele ser bastante inútil, como lo es cualquier otro ejercicio de seducción.
Sin abusar, claro.
En septiembre veremos quienes han acertado, quienes han abusado y quienes han llegado tarde.
Seguro que no habrá tiempo para aburrirse.
Felices vacaciones!
Leave a Comment